lA CIUDAD SIN PRISAS

LA CIUDAD SIN PRISAS. En un mundo cada vez más acelerado creció una nueva idea: Crear una ciudad donde el tiempo no fuera igual. En SERENIA la movilidad no dependía de autos o largas colas para desplazarse. En las calles se conectaban las casas, el trabajo y los ciudadanos se movían con bicis eléctricas, trenes autónomos o caminando. El secreto de Serenia no era la velocidad, sino la eficiencia. El teletrabajo y los comercios locales abastecían barrios sin necesidad de transporte y cada edificio capturaba su energía con paneles solares y techos vegetales. Un descubrimiento fue el que al reducir los desplazamientos innecesarios, el estrés desaparecía y se incrementaba el tiempo libre. ¡Ya no eran esclavos del reloj, sino dueños de sus vidas! Pero un día, una empresa decidió instalar autopistas ultrarrápidas, convenciendo a los ciudadanos para volver a las viejas formas. El dilema fue: ¿seguir avanzando movilidad lenta pero eficiente o rendirse a la velocidad? Los habitantes decidieron diseñar unas cápsulas flotantes que viajaban sin contaminación ni ruido. Y así a ciudad sin prisas se convirtió en un referente mundial para vivir mejor.